UNA DESPEDIDA MERECIDA

Resultó difícil sustrarse a la emoción en la despedida que sus nietos brindaron a la tía Yola en sus últimos momentos en este mundo. Escritas con el corazón, las palabras de cada uno de ellos calaron hondo entre los presentes. Ante esas frases dichas con tanto sentimiento, estaban de más otras expresiones de quienes tuvimos el orgullo de ser sus sobrinos. Sólo cabía el Adiós de esta nueva generación y el de su hijo Patricio, cuyas palabras interpretaron fielmente lo que sentimos todos sus primos. Hoy dijimos Adios a una buena persona, con todo lo que significa ese término: desprendimiento personal, amor y cariño a los suyos, generosidad hacia los demás, respeto por el prójimo.

La tía Yola fue una abnegada profesora pero, por sobre todo, fue una MAESTRA DE LA VIDA

Su sobrino mayor

Juan Andrés