A LA QUERIDA TÍA YOLA
Hace apenas un par de horas me enteré de su irreversible enfermedad. Y como si fuera un racconto, me afloran a la memoria momentos inolvidables compartidos con ella, el tío Roberto y sus hijos y primos Sergio Roberto, Quena, Rosario, Patricio, Carmencita...
¡Cuántos veranos juntos en Cachapoal y en El Quisco!, con las inolvidables tallas del tío Roberto y el enojo cariñoso de la tía Yola. Épocas que han quedado grabadas a fuego en la mente y en el corazón. Por eso que en estas horas de recogimiento por la enfermedad de la tía Yola, sólo me cabe decir a sus hijos y primos que deben sentirse orgullosos de haber tenido una madre de la estirpe de ella.
Llevó muy bien puesto los apellidos Araya Núñez y le hizo honor a la descendencia del abuelito Andrés y la abuelita Berta. Si Dios quiere llevarla a su lado, sepan ustedes que convoca a su rebaño a una mujer excepcional, que dejó una huella profunda en todos nosotros.
Un abrazo sincero, con todo el cariño y afecto, a los Hernández Araya.
Juan Andrés
